La mañana era gris en El Cadillal. Fría, destemplada. El calorcito surgió de las voces de cientos de chicos, de sus cajas improvisadas y de las coplas que Leda Valladares nos legó con todo el amor que profesaba por nuestra tierra. Feliz, Gustavo Santaolalla coloreó con su entusiasmo y con su guitarra la escenografía. Y resultó una explosión policromática. Esa presentación del doble ganador del Oscar, extendida un día más tarde al teatro San Martín, fue uno de los momentos cumbre del Septiembre Musical.
Esta edición del festival organizado por el Ente de Cultura fue prestigiada por algunas visitas resonantes, como las de Hermeto Pascoal y Nelson Goerner. A Pablo Milanés la salud le jugó una mala pasada cuando tenía un pie en el avión. Subió a escena la ópera “Nabucco”, con regie de Ricardo Salim, dirección musical de Emir Omar Saúl y un elenco 99% tucumano. Las emociones fluyeron con la reposición de “Zafra”, magnífica obra de los hermanos Núñez, y con el recital brindado por Juan Falú, justo cuando está cumpliendo medio siglo inmerso en el universo del folclore. Inolvidable: los ballets estables se unieron para bailar “La consagración de la primavera”, de Stravinski.
Que Tucumán mantiene su condición de plaza sólida y rentable lo demuestra la cantidad de shows programados a lo largo del año. Una costumbre inalterable. Pasaron, entre otros, Luciano Pereyra, Jorge Rojas, Abel Pintos, Alex Ubago, Sandra Mihanovich, Marta Gómez, Vitale/Baglietto, Andrés Calamaro, La Vela Puerca, Alma y Vida, Las Pelotas, Cacho Castaña, Catupecu Machu, Divididos, Valeria Lynch y Pimpinela. Hasta Roberto Petinatto llegó con su unipersonal, que es puro stand-up con pinceladas musicales.
Como es costumbre, de la mano de las visitas se reinstaló la polémica: la carencia de escenarios adecuados se agrava con el paso del tiempo. Robert Nesta se yergue como baluarte del rock, con una intensa y rica programación que este año incluyó, por ejemplo, a los cordobeses de Eruca Sativa, la banda del momento. La inminente reinauguración del ex cine Plaza puede cambiar las cosas.
El año empezó con una pésima noticia: la trágica muerte de la pianista Myrtha Raia. También nos dejaron Eduardo Falú, Lou Reed, Bebo Valdés, Sara Montiel, Pajarito Zaguri, Manolo Galván, la extraordinaria Nelly Omar, la sirena Esther Williams y un ídolo juvenil, alumbrado por el musical “Glee”: Cory Monteith.